Mi familia

domingo, 2 de febrero de 2014

128.- COSAS QUE NO QUIERO CONTAR A MI MADRE



Todas las adolescentes, en uno u otro momento, hacen cosas que no quieren contar a sus padres. Son acciones que van a tener mucha importancia para sus vidas, pero cuya transcendencia las jóvenes adolescentes todavía no pueden valorar. Harían mejor y se ahorrarían muchos disgustos si fuesen francas con su madre, ésta les podría ayudar como nadie puede hacerlo.  
Ahí van unas cuantas cosas que las adolescentes suelen ocultar a sus madres (y, por supuesto, al padre). Añado un breve comentario dirigido a las adolescentes, esperando les sea útil.

¿Qué cosas son éstas?
A.-  Conductas esporádicas
“Vomito después de cada comida”. Quieres parecerte a las modelos de la moda, del cine o la televisión. Tú eres tú y ellas son ellas; cada cual con su constitución física. Estar sana no es estar esquelética. Cuídate, puedes caer en la anorexia.

“Ayer me emborraché”. Es algo frecuente durante los fines de semana o los famosos y tristes botellones. ¡Qué desagradable es ver borracha a una joven en la mejor edad de su vida! Perder la consciencia voluntariamente es abdicar de tu dignidad. ¿Por qué? Espero que seas de las que se divierten a tope sin necesidad de alcohol. Adolescencia y alcohol

“Hace  tiempo que fumo”. Los y las adolescentes empezáis a fumar por imitación, ni siquiera os gusta, pero seguís fumando y creáis el hábito. Date cuenta de lo peligroso que es el tabaco para tu salud.

“Ayer me fumé un porro”. Todos los drogadictos hicieron esta ruta: tabaco, porro y droga. Si no quieres acabar en el final de esa ruta, no la empieces, y si la has comenzado, párate. Observa a los que han caído en el hoyo; no quieras caer tú también.

“Me voy a quedar a dormir en casa de una amiga”. Suele ser la mentira más común para disponer de una noche libre y pasarla con quien sea. En caso necesario, la amiga la cubrirá. Sí, es cierto; pero, la primera mentira no es más que el principio de una cadena. Pronto o tarde, la cadena se romperá, bastará una simple llamada de tus padres a los de tu amiga y quedarás descubierta. Por muy importante que sea para ti esa noche, lo es mucho más gozar de la confianza de tus padres, pídeselo y no les engañes. Por si te interesa te recomiendo su lectura: Mi novio/a viene a dormir a mi casa.

“Hago novillos en el instituto”. ¿Quién no ha hecho novillos alguna vez? Todos. Lo malo está en la frecuencia. Si descuidas tu formación te condenas al fracaso escolar y a la falta de preparación para el futuro laboral. No está la situación laboral para gente no preparada. Piensa en tu futuro.

B.- Conductas de índole sexual:
“He tenido relaciones íntimas”. ¿Con quién? ¿Con tu novio, con un compañero o con un adulto? ¿Lo has hecho voluntariamente o a la fuerza? La situación es muy variable en cada caso. Tal vez te interese leer: Preguntas de adolescentes sobre sexualidad.
Escucha la voz de tu conciencia y aprende para el futuro. Lo que te puedo asegurar es que ninguna joven sale perjudicada cuando se domina ante el placer sexual.

“He tenido relaciones íntimas sin protección”. Si tener relaciones íntimas es una decisión personal, tenerlas sin protección es un riesgo de embarazo y de contraer alguna enfermedad de transmisión sexual: sida, sífilis, gonorrea, etc.

“Estoy embarazada”. Mi enhorabuena si estás preparada para ser madre, si el embarazo ha sido voluntario, si te sientes feliz en tu nuevo estado y te apoyan el padre biológico y los tuyos propios.
Mi enhoramala si te falta cualquiera de estas cosas. Te remito a: el embarazo en adolescentes.

“Me obliga a hacer cosas que no quiero”. Cuando un novio  obliga a una chica a hacer cosas que ésta no quiere, está cometiendo un delito. Supongo que te refieres a tener relaciones íntimas. Éstas deben ser, siempre, plenamente voluntarias y consentidas, de lo contrario su nombre es violación, aunque te las disfrace de “prueba de amor”. No seas cándida, el que ama de verdad, no lo consigue por la fuerza.

“Quiero usar la píldora”. Si tan decidida estás a tener relaciones íntimas, cuéntaselo a tu madre, ella te aconsejará lo más conveniente para que no te conviertas en una madre adolescente.

“Alguien me envía fotos y mensajes de contenido sexual”. Jovencita, ¡estás en un peligro muy serio! Díselo a tus padres. Ellos verán si debéis denunciar el hecho a la policía por si te está acosando algún pervertido sexual. No se te ocurra contestar a esos mensajes, si lo haces puedes caer en una red pedófila.
Está de moda entre adolescentes enviarse fotos y mensajes de alto contenido sexual. Es una moda que puede causar mucho daño. Las que ahora son muy amigas y grandes confidentes, puede llegar un día en que dejen de serlo, les ha pasado a muchas. Todo lo enviado a una amiga puede convertirse en objeto de chantaje, si por cualquier motivo desaparece la amistad de esa amiga. Lo correcto es no participar en tales envíos y no enviar nada con lo que “alguien” te pueda chantajear. Sé celosa de tu intimidad. Sólo te pertenece a ti.

“Mi novio me ha dado una bofetada”. ¡Qué malaje tiene tu novio! El que pega a una mujer no es digno de ella. Tu novio no te quiere, sólo te usa. Lo mejor que puedes hacer es “enviarlo por correo certificado a las antípodas”. ¡Hazlo ya!
Si no lo haces, tu novio se convertirá en un maltratador y tú en su víctima. No lo consientas. No creas en su falso amor. No creas sus promesas fingidas, ni sus lágrimas de cocodrilo.  No te merece. Tú vales más.

C.- Conductas psicológicas:
“Me odio”. No te puedo creer, jovencita. Lo que te pasa es que no estás contenta contigo misma. Y esto, ¿por qué? ¿Será porque no te sientes deseada por ese chico tan especial para ti? ¿Será porque él no sabe ver el encanto de tus formas corporales? Tus imaginaciones y fantasías narcisistas no se plasman en la realidad y te has encerrado en ti misma de una forma totalmente pasiva. Date tiempo, la flor que hay en ti abrirá sus pétalos y su perfume te hará ser otra y sentirte contenta y feliz.

“Me quiero suicidar”. Vamos, ¡qué disparate tan grande! Estás en medio de tu noche oscura. Tus circunstancias te han llevado al pesimismo y no encuentras salida, tal vez ni la quieres.
Tu desfondamiento de adolescente no te deja ver la realidad. Por muy mala que ésta sea, siempre tiene una salida. A toda noche le sigue un nuevo día, la tuya, no lo dudes, también acabará con la aurora y el sol radiante en tu horizonte.

“Mi madre no se interesa por mí”. Eso es lo que tú interpretas. Lo que suele suceder es que tu madre no sabe cómo hablar contigo sin que tú te molestes. Una cosa debes tener muy clara: Nadie, absolutamente nadie, te quiere como tu madre, aunque muchas veces no sabe cómo demostrártelo.

“Me voy a fugar de casa”. Muchas adolescentes lo hacen todos los días. La mayoría vuelven al cabo de unos días, otras son encontradas por la policía al cabo de cierto tiempo y otras no vuelven nunca. Antes de fugarte piensa muy detenidamente a qué grupo puedes pertenecer. Las que no vuelven nunca, unas son encontradas muertas en cualquier parte, otras pasan a engrosar las listas de desaparecidas. ¿Dónde pueden estar? ¿Muertas? ¿En cualquier tugurio obligadas a prostituirse?
No añadas al dolor de tus padres por tu fuga inconsciente de adolescente uno mucho mayor por una pérdida total. Ninguna madre y ningún padre deberían pasar por esto.

Un recordatorio para la madre preocupada: No olvides que la juventud necesita que se la guíe; es cierto que lo necesita, pero “con las riendas flojas”. Conviene brindar a las adolescentes una supervisión moderadamente autoritaria, pero con “válvulas de escape adecuadas a la edad”. No le restregues constantemente por la nariz las imperfecciones, házIr a googleselas ver con afecto y ayúdale a quitarlas. Intenta formarla para que sepa tomar sus propias decisiones; no se las impongas, es mejor que ella las tome según su conciencia.




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